El castro del monte Santa Tecla o Santa Trega se encuentra situado en el punto más alto de este, a 300 m de altitud, dominando toda la inmesidad del Océano Atántico, la desembocadura del Río Miño y buena parte de costa atlántica. Así pues se trata de una construcción estratégica en cuanto a su localización del recinto amurallado. Los orígenes de este poblado se remontan a los siglos II y I a.c. aunque se aprecia en su mayoría gran influjo romano, comos las casas rectangulares, las murallas defensivas y las puertas de entrada al recinto. No olvidemos que los castros prerromanos eran redondos por mitología, ya que al no tener esquinas los espíritus no quedaban retenidos en ese lugar.
Este castro, que se encuentra bastante bien conservado, ocupa una superficie muy extensa en la cual veremos dos casas totalmente reconstruídas. Apreciaremos que muchas de las viviendas constan de habitáculo y también con vestíbulo. Veremos una falta aparente de urbanismo aunque existen pequeñas y estrechas calles, así como escaleras o incluso muros de contención. El poblado se haya divido en dos debido al paso de la carretera que asciende hasta la cumbre del Monte Santa Trega.
Este poblado fue descubierto en 1912, aunque 60 años antes unos canteros descubrieron en el lugar una figura de Hércules hecha en bronce, la cual no conservamos, pues fue robada en 1970. Luego hubo una gran cantidad de excavaciones y seguro que expoliaciones del castro en las décadas siguientes. Hubo gran cantidad de restos arqueológicos como fueron restos de cerámica, vidrios romanos y orfebrería en oro como torques, brazaletes o anillos.
En los alrededores del poblado encontramos también grabados rupestres que demuestran la ocupación de este lugar más de 2000 años antes de la llegada romana, aunque estos habitantes poco o nada tengan que ver con el posterior poblado. Digno de admirar son las privilegiadas vistas que nos ofrece el Monte Santa Tecla.
Fuente del texto: www.galiciamaxica.eu
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